Al final pudo salir en procesión las imágenes del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora la Virgen de los Dolores.
Con recorrido corto dando la vuelta a la Plaza de la Constitución, se tuvieron que conformar los muchísimos fieles ya concentrados desde largo rato antes.
Todo resultó bastante bien, dando la climatología una tregua suficiente como para no perjudicar a ninguna de las Imágenes.
Como ya es costumbre, un número considerable de mujeres ataviadas con peineta y mantilla, daban mayor esplendor a la procesión.
Martín Blanco
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